Para
cualquier adulto, hallar un rato para relajarse y liberar la mente de
los quehaceres cotidianos se ha vuelto una tarea difícil
en estos días.
Para los niños hiperactivos y problemáticos
puede serlo aún
más.
Sin embargo, una escuela primaria en Baltimore, EE.UU., ha escogido
reemplazar los clásicos
castigos en el salón
de detención
por la meditación
contemplativa. Estudios han demostrado que castigar a los niños con
una detención
hace poco y nada para mejorar su comportamiento a largo plazo. En
lugar de ir a la oficina del director o a un salón
con demás
niños
castigados por su mal comportamiento, los estudiantes de la Escuela
Robert W. Coleman van al «Salón
del Momento Contemplativo»,
un lugar donde la disciplina es impartida a través
de técnicas
de respiración
y meditación,
reporta The Free Thought Project. Cuando los niños
llegan al salón,
se les solicita que se sienten en silencio y aquieten sus mentes,
para luego enseñarles ejercicios de respiración
y concentración.
La idea es que los niños con problemas de atención
o comportamiento se entrenen a sí mismos
para calmarse en situaciones de estrés
o momentos de hiperactividad.
Estudios
han demostrado que castigar a los niños con una detención
hace poco y nada para mejorar su comportamiento a largo plazo. En
lugar de ir a la oficina del director o a un salón
con demás
niños
castigados por su mal comportamiento, los estudiantes de la Escuela
Robert W. Coleman van al «Salón
del Momento Contemplativo»,
un lugar donde la disciplina es impartida a través
de técnicas
de respiración
y meditación,
reporta The Free Thought Project. Cuando los niños
llegan al salón,
se les solicita que se sienten en silencio y aquieten sus mentes,
para luego enseñarles ejercicios de respiración
y concentración.
La idea es que los niños con problemas de atención
o comportamiento se entrenen a sí mismos
para calmarse en situaciones de estrés
o momentos de hiperactividad.
El
espacio para la meditación
en esta escuela
primaria de Baltimore fue creado gracias
a la colaboración
de la Holistic Life Foundation, una ONG local que ofrece yoga y
clases de meditación
a la comunidad. «Así
es
como evitas que la bola de nieve siga rodando y creciendo. Cuando
mamá
y papá tienen
un día
difícil
le gritan a sus hijos, y luego éstos
llevan esa tensión
a la escuela y se desquitan con sus amigos»,
explicó Andrés González,
uno de los organizadores. «Un
padre me dijo: “El
otro día
llegué
a
casa muy estresado, y mi hija me pidió que
me sentara y
calmara para que me enseñara cómo
respirar”»,
agregó.
Los beneficios de la meditación
están
ampliamente documentados. Practicarla regularmente ayuda a reducir el
estrés,
incrementa las funciones cerebrales y la memoria, e incluso alivia el
dolor. En el caso de la Escuela
Robert W. Coleman, que ha implementado la iniciativa durante todo un
año, los resultados son indiscutibles. Desde que se lanzó el
programa que cambia castigo por meditación,
ningún
alumno ha sido suspendido.
Publicado
el 26 de septiembre de 2016